EL HURTO ES CASTIGADO POR DIOS, PERO LA IDOLATRIA TAMBIEN

Dejan en puerta Basílica imagen de un Crucifijo se robaron de altar


POR JUAN RAMON INIRIO
HIGÜEY.- Desconocidos profanaron anoche el altar de la basílica Nuestra Señora de la Altagracia, de donde se llevaron una estatua de Cristo crucificado que dejaron abandonada en la puerta principal del templo.

Aparentemente los autores del hecho se quedaron escondidos dentro del recinto religioso luego de efectuada la última misa a las 7:00 de la noche, pues ninguna de las puertas presenta signos de violencia.

El crucifijo, de unos dos pies de largo y elaborado con madera y yeso, se encontraba en la parte delantera del altar donde reposa el venerado cuadro de la Virgen de la Altagracia.

Los profanadores lo trasladaron a por lo menos 70 pies del lugar, justo a la entrada principal de la basílica, donde también rebuscaron en una caja que contenía ropas que son dejadas allí por personas que cumplen promesas a la Virgen.

Uno de los serenos del templo fue quien a eso de las 9:30 de la noche se dio cuenta de la profanación e inmediatamente avisó a los agentes del Ejército y la Policía que custodian el lugar.

Tanto el vigilante como los militares y policías iniciaron una búsqueda dentro del recinto para ubicar a los profanadores, pero no lo encontraron.

Este corresponsal acudió a la sacristía de la Basílica con la finalidad de obtener información sobre el caso, pero tanto el padre Eladio Marte como una monja que se encontraban, allí manifestaron que no estaban autorizados a ofrecer ningún dato.

Dijeron que sólo el obispo de esta diócesis, monseñor Gregorio Nicanor Peña Rodríguez o el padre Evaristo Areché Freijomil, rector de la Basílica, podían ofrecer información pero ninguno de los dos se encontraban en esta ciudad.

Tampoco en el cuartel policial de aquí se ofreció una versión pero este corresponsal conversó con dos serenos del templo que se encuentran detenidos para fines de investigación.

El hecho ha causado conmoción en esta comunidad eminentemente católica, que recuerda que en una ocasión fue sustraído el venerado cuadro de la Virgen de la Altagracia, que fue recuperado luego en La Romana.